Reseña:
En el siglo XVII una procesión de curas peregrinaba cada noche hasta Las Hurdes para exorcizar la zona de los “malos espíritus, torbellinos fantasmales y espectros demoníacos” que decenas de testigos juraban haber visto en la zona. Desde entonces, a caballo entre el cielo y el infierno, la comarca fue marginada por las autoridades, generándose una leyenda negra y sobrenatural.